Maria Isabel Rueda, Humberto Junca.

Esta Llorona se ha construido de manera singular. Por supuesto, parte de la historia de una madre mestiza, engañada y dolida por haber ahogado a sus hijos en el río, en un rapto de locura al enterarse de que el padre de los niños (un hidalgo español) planea llevárselos a su país sin acceder a casarse con ella, dejándola completamente sola. Al cometer semejante acto desesperado su congoja aumenta y la mujer enloquece.
La Llorona recorre desde entonces las orillas de los ríos llamando entre sollozos a sus hijos, pues su alma no descansará hasta encontrar sus cuerpos hundidos arrastrados por la corriente. María Isabel se adueñó de este cuento mezclándolo (mestizándolo) libremente con dibujos realizados a partir de fotografías que tomó en un viaje a su querida Sierra Nevada (la madre del río, la madre de todo) y con dibujos de su propia imaginería, construyendo una secuencia de “visiones” en alto contraste, oníricas, inquietantes y misteriosas.
Una vez terminados los dibujos fui invitado a ponerles “letra”.
La idea era dejarme llevar por ese río de imágenes; que él me dictara la historia. Este es el cuento de ese cuento.

Humberto Junca